jueves, 10 de septiembre de 2015


EL AZUCAR
azúcarLa mayoría de la gente es adicta al azúcar, y, junto con el apego a los cereales, el consumo excesivo de azúcares añadidos – tanto si es jarabe de maíz con alto grado de fructosa, fructosa, glucosa, dextrosa, o sacarosa de la caña de azúcar y de remolacha- es uno de los problemas de salud más importantes a los que tiene que hacer frente nuestro país hoy en día.

Para darnos una idea parcial de los efectos en la salud del exceso del consumo de azúcar, considere que el azúcar se cita como factor que contribuye a:

• Exceso de peso y obesidad

• Suprimir el sistema inmunológico, con las consecuentes infecciones y enfermedades asociadas que ello conlleva

• Envejecimiento prematuro

Cáncer del pecho, de los ovarios, de la próstata, y del recto

• Menor absorción de calcio y de magnesio

• Diabetes

• Fatiga

• Disminución de energía y capacidad de construir músculo

• Enfermedades cardíacas

• Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa

• Osteoporosis

• Infecciones por hongos o candidiasis

• Depresión

• Enfermedades dentales y de las encías

Los azúcares son carbohidratos simples que el cuerpo procesa de manera similar a los cereales. Es decir, cualquier excedente de azúcar en el cuerpo es convertido por la insulina en grasa, y, al igual que ocurre con los cereales, hoy en día consumimos azúcar en exceso. En las últimas dos décadas en los EEUU, el consumo de azúcar ha aumentado en un 30% aproximadamente. ¡De hecho, el consumo medio de azúcar por persona alcanza los 79 kg por año, lo que se corresponde con 300.000 calorías por año, ú 800 calorías por día, provenientes únicamente del azúcar! Este consumo excesivo se traduce en problemas graves de salud, incluso midiéndolo por los estándares poco aconsejables de la USDA, que indica que el americano medio debe consumir cerca de 2.000 calorías diarias y puede tomar hasta 10 cucharaditas de azúcar al día. Pues bien, el americano medio está consumiendo más de 3.000 calorías por día y unas 20 cucharillas de azúcares añadidos.

La mayoría de estos azúcares añadidos proviene de los refrescos, que el americano medio consume a razón de 212 litros al año. ¡Esto supone una media de 600 latas por persona y año! Cada lata de bebida carbonatada contiene cerca de 10 cucharaditas de azúcar y aporta 150 calorías, además de entre 30 y 55 mg de cafeína. Los refrescos también contienen otros componentes peligrosos como el ácido fosfórico, que interfiere con la capacidad del cuerpo de utilizar el calcio, lo que conduce a la osteoporosis o al ablandamiento de los dientes y de los huesos. El ácido fosfórico también neutraliza el ácido clorhídrico del estómago, lo que puede interferir con la digestión, dificultando la absorción de los alimentos. Simplemente eliminando los refrescos de la dieta del americano medio –un sueño distante – se reduciría significativamente el índice de obesidad y aumentaría la esperanza de vida.

Por otra parte, hay otras bebidas que también son culpables del alto consumo de azúcar, y que sus fabricantes publicitan como "saludables", como por ejemplo: "zumos de fruta," "bebidas de fruta" o "yogures de fruta," que aunque contienen entre un 1% y un 40% de zumo de fruta están cargadas de ingentes cantidades de azúcar, debido al jarabe de maíz añadido de alto contenido en fructosa. Pero incluso los azúcares en bebidas cuyo contenido es 100% zumo de fruta pueden incrementar rápidamente su nivel de azúcar: el zumo de fruta, ya sea comprado o exprimido recientemente, tiene cerca de ocho cucharaditas de azúcar en un vaso de 240cc. El azúcar proveniente de la fruta se denomina fructosa, y es tan peligroso como la sucrosa del azúcar de mesa, puesto que también causará un aumento importante en los niveles de insulina.

Esto no significa que usted debe evitar la fruta, sólo el zumo de fruta. Cuando la fruta está intacta y entera, su fibra moderará el efecto de la fructosa (y en segundo lugar de la insulina) en su circulación sanguínea. Sin embargo, si sufre de sobrepeso, tiene la tensión arterial alta o altos niveles de azúcar de sangre, debería evitar la mayoría de las frutas y conformarse con los carbohidratos vegetales hasta que tenga dichos problemas bajo control. Esto es especialmente verdad si usted tiene un tipo metabólico proteínico. Aquellas personas con tipo metabólico carbohidrato están generalmente mejor preparadas para digerir los carbohidratos de las frutas, especialmente los cítricos.

Mención aparte merecen los sustitutos del azúcar tales como la sacarina, la sucralosa y el aspartano, los cuales deben ser evitados. Los efectos negativos que provocan en la salud pueden exceder fácilmente el efecto pernicioso de los azúcares que están substituyendo. Algunos científicos, por ejemplo, creen que el aspartano puede causar alteraciones en el funcionamiento del cerebro. La FDA (consejo regulador americano de comidas y medicamentos) se ha visto inundado de quejas de consumidores sobre el aspartano, incluyendo síntomas del fibromialgia, síntomas de esclerosis múltiple, vértigos, dolores de cabeza, y problemas menstruales. Le animo a que utilice el motor de búsqueda de mi página web para conseguir información adicional sobre el aspartano.

También se debe evitar la última moda en sustitutos del azúcar: la sucralosa. Para empezar, muy pocos estudios han sido publicados relativos a la seguridad del consumo de sucralosa en el ser humano. En segundo lugar, en los estudios realizados con animales, se demostró que el consumo de sucralosa redunda en una disminución del tamaño de la glándula del timo, aumento de tamaño del hígado y del riñón, reducción de la tasa de crecimiento, reducción del computo de glóbulos rojos, así como disminución de la placenta y del peso del feto - y esto es solamente una lista incompleta. La sucralosa también tiene el potencial de contaminar su cuerpo con pesticidas, metales pesados como plomo, arsénico, y otros, (además se ha descubierto que contiene cantidades pequeñas de estas sustancias peligrosas). Por último, si se está intentando bajar de peso, no hay evidencia clara de que la sucralosa – o cualquier otro edulcorante artificial -ayuden en la pérdida de peso. De hecho, hay evidencia de que estas sustancias pueden estimular realmente su apetito.

Para mucha gente, el azúcar es una adicción seria, comparable a la dependencia del tabaco. Y está afectando a su salud tan seriamente como los cigarrillos, incluso más. La solución no consiste en buscar maneras de continuar "con seguridad" su adicción, tales como los edulcorantes artificiales -el equivalente de los cigarrillos bajos en nicotina-, que están deteriorando igualmente su cuerpo y su salud. La solución consiste en superar la adicción. 

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